¿Se puede morir dos veces?
Conoce a los Wayúu de la Alta Guajira Colombiana
Para el Wayúu el Alma se separa del cuerpo durante el sueño y al morir. En la primera muerte el Wayúu deja su cuerpo para convertirse en un Yoluja, un espíritu que debe permanecer en el Jepira. Este Jepira, santuario donde donde se juntan las almas, está situado en el Cabo de la Vela, en un universo paralelo al nuestro. Este lugar, bordeado de playas hermosas más allá del desierto guajiro, puede visitarse hoy en día con respeto. Allí los espíritus tendrán sus casas, se encontrarán con los seres queridos de su clan.
En el entierro las mujeres lloran desconsoladas y los hombres disparan sus armas para ahuyentar a los malos espíritus. Sacrificarán animales que comerán para que aparezcan en el Jepira junto a las ropas y joyas que enterrarán con el muerto. Por eso en un entierro pobre los muertos están enfurecidos y pueden suceder cosas, incluso accidentes y alguna muerte.
A los 10-15 años la carne se ha podrido y secado y se puede empezar el segundo velorio. A veces es el propio muerto que indica a los familiares mediante los sueños de estos que ha llegado la hora de morir en el Jepira y proseguir su viaje. Todo el clan viene de lejos para participar de este ritual.
Tras abrir el ataúd del muerto, la exhumadora (una mujer de la familia) deberá separar con sus manos la carne (lo perecedero) de los huesos (lo puro), guardando los huesos en un recipiente de cerámica. Esto se llama anajanaa.
Esta exhumadora adquiere respeto en la comunidad. Aún tras las limpias el muerto queda parcialmente anclado a ella. Por ejemplo, la exhumadora puede adquirir gustos alimenticios del muerto (antojo de muerto) o expresar sus inquietudes a través de ella durante la toma de decisiones del clan.
Después de la muerte del yoluja en el Jepira, el viaje prosigue hacia la eternidad y vuelve a la tierra ya sea en forma de lluvia o de wanulü.




Los Wayúu de la Alta Guajira Colombiana mueren dos veces.