Los Mevleví, Derviches Giradores
Es posible ver como lo infinito se une con lo finito
Es posible ver como lo infinito se une con lo finito. Por ejemplo, en Konya, Turquía, pero no sólo aquí, es posible observar la ceremonia Sama o Semá, de la orden islámica sufí de los derviches giradores.
Pero, ¿qué hay detrás de esta tan particular danza? Primero, no es sólo una danza, es una ceremonia, donde los giróvagos, los derviches giradores, inicialmente en plena recitación espiritual, son presentados en túnicas negras simbolizando su última morada, la muerte y, que acompañan con un gorro cónico cuyo significado es el control de las emociones y del pensamiento.
Poco a poco, mientras avanza la conexión espiritual de los participantes, se van despojando de los colores negros de su ropa hasta que aparece la túnica blanca, una vez que han dejado su ego mundano y terrenal. Entonces, ya preparados, avanzan en fila hasta su líder, con los brazos en cruz simbolizando la unidad, dando testimonio de la tan buscada unidad divina.
El sonido ya se siente, se aprecian la flauta y los tambores, el saz y el kamanché, laúd turco de mástil largo y violines respectivamente. Todos suenan para dar inicio a los primeros giros en sentido contrario al reloj. Un poco lentos mientras viajan sin ataduras los danzantes, mientras espiritualmente acercan su alma a lo divino, alejándose de lo cotidiano y mezquino, lo mundano y material empieza a desaparecer mientras la velocidad de los giros aumenta, donde la música, el único arte capaz según, el maestro filósofo y pensador persa Rumi, los acerca a Dios.




Ser uno con el cosmos, mientras avanzan los giros místicos, en algunos casos durante horas y horas, se logran en este viaje espiritual que une lo finito con lo infinito, llegando a una meditación tan profunda que atrapa a los giróvagos hasta sentir que flotan. Es allí donde unen con sus manos el cielo y la tierra, apuntando su brazo derecho hacia arriba simbolizando la vida espiritual lo divino, y su mano izquierda hacia la tierra, lo mortal y mundano.
Esta hermosa presentación, con toda una crítica a lo mundano que nos hace olvidar la realidad divina, puede ser y debería ser, uno de los puntos fuertes cuando visita por ejemplo Turquía o Pakistán. Pero nuestro ejemplo en un principio fue Konya, en Turquía, solamente por el hecho de que en este lugar se puede visitar la tumba del gran pensador y filósofo sufí, Mevlana Rumi, quien, en todos los aniversarios de su muerte, recibe en su honor un espectáculo especial de la ceremonia. Hoy en día la orden Mevleví ofrece espectáculos regulares que pueden ser disfrutados por los visitantes más curiosos.
Ser uno con el cosmos, mientras avanzan los giros místicos, se logra en este viaje espiritual que une lo finito con lo infinito.