La etnia Somba, llamada también Ditamari o Tamberma en Togo, habita en el norte de Benín.
Su arquitectura es peculiar, pero muy bonita. A sus casas las llaman “Tatas” y tienen forma de pequeños castillos (con sus torres, por supuesto) hechos de adobe. El conjunto tiene un punto artístico y onírico.
Duermen en pequeños agujeros en lo alto de las casas y la función principal de este tipo de construcciones era la defensiva, pero de una manera muy ingeniosa, pues si alguien no deseado quería entrar en la casa, debe hacerlo agachándose y de espaldas, siendo en ese momento muy vulnerable al defensor.
En Togo y Benín, estas casas, llamadas “tata somba”, están declaradas patrimonio mundial por la UNESCO.
Fuman en larguísimas pipas hechas de calabaza y entre sus alimentos se incluyen los murciélagos y en ocasiones, hasta los perros, que son considerados casi una delicatessen.
El chamán además de ser la conexión con el mundo espiritual, y a través de ofrendas y sacrificios, es también el curandero.
Cuando los jóvenes se convierten en hombres la tradición dicta que tienen que adentrarse en el bosque sagrado completamente desnudos.