YAO
Esta etnia ha llegado desde China y es la tribu en Tailandia que más conserva las costumbres de su país originario. Su visión del mundo es la característica china más atractiva de esta etnia, pues practican el taoísmo, una tradición filosófica y religiosa en la que buscan vivir en armonía con el Tao, es decir con el camino de la realidad y el conocimiento. El objetivo principal de los que practican esta forma de vida, es alcanzar la inmortalidad, no tan literalmente, sino la plena longevidad y la armonía con la naturaleza y una filosofía que pretende que busquen la autosuperación del propio ser y el progreso colectivo. Su escritura también se asemeja a la china en cuanto a sus caracteres pictóricos. La principal ocupación de los Yao es la agricultura pero además son habilidosos para los negocios, comerciando con los pueblos cercanos sus productos agrícolas y las artesanías de plata que elaboran sus mujeres. Construyen sus hogares en encantadores palafitos de madera que les protegen de las crecidas de los ríos en la época de lluvias. Sus trajes típicos se caracterizan porque hacen contrastar el negro de sus vestidos con bufandas rojas, bordados de exquisitos colores y turbantes negros en la cabeza, además de adornarse con una atractiva joyería de plata. A pesar de que los Yao están perfectamente integrados en las fronteras de Tailandia, siguen conservando no sólo rasgos culturales chinos sino también la celebración más importante del año, pues se trata del Año Nuevo Chino o Festival de Primavera basados en su calendario lunisolar, que los Yao siguen celebrando cada año, conservando tradiciones como limpiar sus hogares para expulsar la mala suerte acumulada, adornar todo el pueblo con colores rojos y dorados, banderas y emblemas de buena fortuna para el año nuevo y sus extraordinarios bailes del León y del Dragón acompañados de fuertes estruendos para ahuyentar a los malos espíritus. Quién busca hallar un nuevo camino, sólo necesita dejarse llevar por los sabios consejos de los Yao, su mística filosofía, el poder de la fortuna china y así tal vez comience ese inicio de encontrarse a uno mismo.