TLINGIT
La mitología Tlingit nos dice que cada individuo tiene un espíritu guardián generalmente representado por un animal, teniendo el cuervo y el oso un lugar destacado, el cuervo por ser el generador del fuego sagrado de la tribu, el organizador de la creación habiéndole dado origen al sol, la luna y todas las cosas. En el caso del oso por ser considerado el guardián de los sueños y gran mediador o nexo entre la tierra y el cielo, amante apasionado de la paz a pesar de su tamaño y apariencia, animales espíritus delicadamente representados en sus totems erigidos al costado de sus chozas como protección divina. Como otras etnias del noroeste americano practicaban la ceremonia ritual del “Potlatch” que consistía en la destrucción o repartición de los bienes materiales dándole un sentido completamente opuesto a la economía de atesoramiento tal como la entendemos hoy en día, una economía basada en el no tener, en el desprendimiento, es la propiedad positiva del desinterés material del cual emanan la nobleza, el honor y la jerarquía social como “valores significativos”. Se celebra la pérdida o entrega invitando al otro a superarlo.
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