La Ruta de la Seda influyó en ciudades como la mítica Samarcanda. En estas tierras se puede dormir en un Caravanserai, conocer a un chamán buriata ruso (un conjurador del cielo) en la cuna del animismo asiático, dormir en los yurtas mongoles de las estepas, montar en el trineo de madera de un Nenet en Siberia, observar una batalla de jinetes en los juegos mundiales nómadas, pernoctar en la orilla de la puerta del infierno o deleitarte con la caza con caballo y águila con los mejores cetreros del mundo. Has probado la leche de Yak?