La Noruega de hoy en día es un país de apenas cinco millones de habitantes en una extensión más grande que España.

El ser un país productor de petróleo y su pequeña población, hacen que su nivel de vida sea muy alto. Además el dinero del petróleo hace que el fondo de pensiones noruego sea uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, invirtiendo el gobierno ese dinero con criterios éticos en países de todo el planeta.

Este criterio ético también lo aplican a su consumo de energía, que en un 98% procede de fuentes renovables.

Y es que desde el punto de vista de la belleza natural, Noruega es simplemente deslumbrante. No solo por sus famosos fiordos, dos de los cuales forman parte de la lista de patrimonio de la UNESCO si no que además de las cascadas más altas de Europa, 6 se encuentran en Noruega.

Y es gracias a esa naturaleza que en la isla de Svalbard y horadada en la dura roca congelada,  se encuentra la cúpula de Doomsday, donde se custodia con un celo y unas medidas de seguridad increíbles, uno de los mayores tesoros del planeta. Este tesoro no es oro ni riquezas, ni siquiera obras de arte o dinero. Es mucho más valioso. Lo que se espera podría servir para establecer un punto cero en caso de que hubiese una catástrofe a nivel planetario. En Svalbard se guardan semillas. Es un Arca de Noé de todas las plantas del mundo.

Pero si por algo conocemos a los noruegos es por sus antepasados, los Vikingos.

Los vikingos noruegos fueron los que llegaron a Islandia, Groenlandia e incluso Terranova surcando en sus Drakkar las gélidas agua del Atlántico Norte. Por las costa Atlántica europea llegaron hasta Sicilia, estableciéndose en Normandía (de hecho el nombre que se les daba en la antigüedad era el de Normandos, hombres del Norte).