IATMUL
En una de las ceremonias de iniciación más extremas del mundo, los hombres del río Sepik reciben cortes con cuchillas de afeitar en la espalda, los hombros y el torso superior para dejar cicatrices alargadas similares a la que tienen los cocodrilos en su piel. «Los niños son llevados a la casa del espíritu por sus tíos para que los corten. Puede tomar una hora o dos», explica Aaron Malingi, consejero jefe de Parambei. «Hace años, el corte se hacía con bambú afilado». El proceso es dolorosisimo, y por ello tienen que tomar sustancias narcóticas que amortigüen el suplicio.