GUNAS
Cantando y contando, los ancianos guías espirituales enseñan que para acceder al reino de los Creadores hay que trabajar la tierra -compartir lo que ella nos da, amar a la naturaleza, ser honesto y solidario-. Estos principios son el fundamento de la cultura Guna.
Para las culturas modernas «la tierra es sorda, muda e inanimada”. No es así para los Gunas. Cuando interviene el conocimiento ancestral y la sabiduría, la realidad es bien diferente, la Madre Tierra y sus manifestaciones enseñan hasta lo inimaginable. No debería sorprendernos ver a un sabio anciano comunicarse con suma delicadeza con la piedra que usará en sus curaciones.
Nada en este mundo existe de forma aislada, independiente, sino que todo se interrelaciona y se mueve en torno a la Madre Tierra. Las plantas, los animales, toda la biodiversidad es producto de un mismo origen y en ese orden se habla de la fraternidad cósmica. Los Gunas saben que nada ni nadie es superior al otro y que cada ser o especie tiene una función específica que cumplir.
La sabiduría Guna sobre la biodiversidad y los recursos naturales es rica, amplia y profunda. Su religiosidad y su espiritualidad están íntimamente relacionadas con el respeto, la tolerancia, la convivencia armónica y simbiótica del hombre hacia la naturaleza.
Es muy llamativo de la cultura Guna como las mujeres se muestran con el tabique perforado con una argolla de oro, que van cambiando de acuerdo a las distintas etapas de la vida. Sus faldas y pecheras de colores, las molas, famosos tejidos artísticos de diseños increíbles hechos con técnicas de bordado y bordado inverso.