Bribris

La comunidad Bribri se basa en respetar sus preciados recursos naturales, porque allí es donde encuentran salud y conviven con dioses que los cuidan y veneran. 

Es por eso que la flora y fauna no tienen dueño, sino que todos deben seguir las reglas para no alterarla, ya que si no fuese así, produciría caos, desastres naturales, epidemias y enfermedades. Por lo tanto deben cumplir, respetar y cuidar lo que su dios Sibo les ofrendó, para continuar sus tradiciones.

Aseguran que La Tierra se formó del excremento de un murciélago que succionó la sangre de una niña, llamada Iriria, que vivía con su familia en el fondo de la misma. Una vez creada, el Sibo o su Dios, sembró distintas clases de semillas, creando las distintas comunidades. Es por eso que la Tierra, para la etnia, forma parte de su familia, siendo el eje vinculante, unificador y generador de los principales componentes de la cultura.

A su vez, conciben el universo como una gran casa de forma romboidal cónica, dividida en cuatro etapas, representantes cada una de ellas, de planetas que integran el espacio con el tiempo.

La entidad Yorkin ha asumido con entusiasmo y responsabilidad la actividad turística como una herramienta para la naturaleza y conservación de sus tradiciones.

 Los visitantes tienen la oportunidad única de aprender prácticas ancestrales, como agricultura orgánica, preparación de cacao, techos suita, artesanías en jícaro, tiro con arco y antiguas canciones Bribri dedicadas a la tierra, el maíz, el cacao y la naturaleza misma. 

Además, en las caminatas por el bosque, los guías nos contarán los secretos que guardan de su monte, como sabios guardianes de su cultura indígena patrimonial.