Quien ha viajado a África sabe que el tiempo literalmente se detiene y que con la inutilidad de nuestros relojes volvemos a estar presentes y el mundo cobra vida de nuevo. Las danzas en la noche alrededor de una hoguera o sentir el poderío de la fauna africana libre observándote se respira de otro modo si se vive de la mano de estas etnias como invitados en sus poblados y se participa de su día a día. Conocer los misterios de los Dogón y la constelación de Orión? ¿O respirar la sencillez de la vida de los Bosquimanos en el Kalahari?